¿Empiezas a hacer ejercicio pero luego de unos minutos sientes que tu a tu alrededor empieza a dar más vueltas de las normales hasta el punto de sentir náuseas y ganas de vomitar? 🤢😫
Acumulación exagerada de lactato, desequilibrio hidro-mineral, malnutrición o exceso de nutrientes antes de empezar a entrenar, entre otras cosas, son las causas más comunes que hacen que una persona amateur o avanzada sienta ganas de vomitar en la mitad de su rutina de ejercicios.
Conoce las razones que te hacen querer devolver todo lo que comiste durante tu sesión de entrenamiento, y también aprende cómo evitar sentir náuseas y ganas de trasbocar mientras te ejercitas en el gimnasio levantando pesas, cuando corres al aire libre o en la mitad de un WOD en el Box crossfit.👌😃
Tal vez quieras saber: causas de los mareos y del dolor de cabeza al comer cosas dulces con mucha azúcar.
Razones principales que te hacen querer vomitar mientras estás haciendo ejercicio
1. Acumulación excesiva de ácido láctico o lactato en la sangre:
Además de otros productos metabólicos que son de desecho, como consecuencia de la producción de energía cuando entrenas duro.
La contaminación excesiva de la sangre es una de las principales causas de sentir que quieres vomitar casi en la mitad o al final de toda tu sesión de entrenamiento.
Sucede principalmente cuando la rutina de ejercicios es muy intensa y además extensa. 🤢😫
2. No haber comido bien antes de la actividad física o sesión de entrenamiento de alta intensidad:
Esto cual causa debilidad general, mareos, nauseas y consecuentes ganas de vomitar porque se deben producir más desechos metabólicos para poder compensar la falta de nutrientes.
Cuando el transporte de oxígeno y nutrientes es pobre o deficiente hacia todas las células de tu cuerpo, en este caso principalmente hacia las fibras musculares y cerebro, tu cuerpo debe hacer uso de lo poco que tiene.
Todo esto causa un exceso en la producción de desechos metabólicos para intentar sobrevivir a una sesión de entrenamiento dura, y usualmente se suelen sentir esas molestas náuseas, ganas de vomitar y casi siempre además se experimentan dolores de cabeza y mareos. 🤦♂️🤦♀️🤢
3. Haber comido mucho y sin dejar pasar un tiempo prudencial antes de empezar la sesión de entrenamiento:
Esto causa un estómago lleno y por ende un sistema digestivo ocupado requiriendo mucha sangre para digerir alimentos.
Entonces, cuando comienzas a practicar deporte o una rutina de entrenamiento, esa sangre se desvía hacia los músculos.
Pero como todavía tienes mucha comida en tu sistema digestivo, entonces la reacción de tu cuerpo es querer expulsarla para que puedas rendir al máximo en tu sesión de entrenamiento.
Por eso es que muchas veces después de vomitar cuando se empieza a hacer ejercicio, se suele sentir cierto alivio y descanso.
O por ejemplo también puedes sentir ganas de vomitar durante o después de tu sesión de entrenamiento por la combinación de la primera causa con alguna de las otras dos. 🏋️🤢
4. Flora intestinal débil:
Las personas que por culpa del exceso de estrés, las alergias alimentarias o las intolerancias a ciertos componentes como los lácteos y el gluten experimentan hinchazón en la parte abdominal y/o cólicos, tienden a marearse rápido, sentir náuseas e inevitables ganas de vomitar durante su rutina de ejercicios.
La causa radica en que el cerebro y los órganos digestivos están muy conectados entre sí.
Por eso se dice que los intestinos son el segundo cerebro.
Cuando no puedes procesar bien lo que comes y al mismo tiempo no puedes reciclar ni eliminar los desechos que produces, tu cuerpo tiende a querer sacar sea como sea aquello que le pesa (desechos metabólicos), con lo cual las ganas de vomitar se vuelven más y más intensas, sobre todo cuando se está en movimiento.
5. Hígado enfermo:
Cuando tu hígado está enfermo por culpa del exceso de azúcar (lo que ocasiona hígado graso), por culpa de un tumor maligno o por algún tipo de inflamación (hepatitis), éste no podrá procesar bien los nutrientes ni tampoco metabolizar todo aquello que puede producir energía (aminoácidos, glucosa, ácidos grasos).
Si tu hígado no funciona bien es muy seguro que además de querer vomitar durante tu sesión de entrenamiento, sientas mareos, somnolencia, náuseas, dolores de cabeza, etc.
6. Mala condición física y un entrenamiento inadecuado:
Para lograr adaptaciones fisiológicas positivas sin sufrir efectos negativos como lesiones, ganas de vomitar, mareos, etc., es necesario aumentar la carga de trabajo de forma progresiva.
Esto se hace con el fin de que la persona vuelva poco a poco más eficiente el uso de oxígeno para oxidar grasas, glucosa, para reciclar lactato, entre otras cosas.
Cuando la persona es principiante o viene de un período largo de inactividad, estas cualidades están disminuidas.
Por estas razones es que cuando se exagera en el tiempo y/o la intensidad de la sesión de entrenamiento, al cuerpo no le queda de otra que trasbocar sin cesar. 💪🤢😫
7. Estreñimiento y exceso de estrés:
El estrés suele causar estreñimiento, y si tu cuerpo está contaminado no será capaz de reciclar ni de eliminar los desechos metabólicos, lo cual le llevará a sentirse pesado y con muchas ganas de vomitar.
El exceso de estrés altera el funcionamiento de los órganos digestivos, principalmente del estómago, intestinos e hígado.
Si estos órganos están descontrolados con sus funciones, sentirás esas molestas ganas de vomitar, mareos, nauseas, etc.
8. Contaminación exagerada del plasma sanguíneo:
El exceso de glucosa, el exceso de lactato, los radicales libres, el exceso de ácidos grasos super saturados, entre otras cosas, vuelven tu plasma sanguíneo contaminado y lento para transitar por tus arterias.
Cuando esto sucede, los productos metabólicos energéticos no pueden ser, bien utilizados ni reciclados ni reutilizados.
Al mismo tiempo los agentes contaminantes empiezas a "chuzar" para querer invadir más zonas de tu cuerpo, pero tu cuerpo sabe que no lo puede permitir y por ende la vía de escape emergente es la boca, y muchas veces el ano.
Así que por esto es que muchas veces además de querer vomitar durante el ejercicio, también se sienten ganas de ir al baño a querer defecar o cagar. 🤣😫
LEE: aprende a curar de forma natural el dolor de Cabeza y las ganas de vomitar que se generan luego de una noche de fiesta.
Si no quieres sentir ganas de vomitar al hacer ejercicio, lee muy bien lo siguiente:
Si no quieres pasar por esta mala experiencia de sentir este malestar o, inclusive, de llegar vomitar en el gimnasio o en cualquiera que sea tu lugar de entrenamiento, pon mucho cuidado a lo que voy a explicar.
Porque son consejos simples que se deben acatar con el fin de evitar estos agobiantes malestares que interrumpen tu sesión de entrenamiento y que por ende suelen no dejarte avanzar.
Y que en la mayoría de los casos hacen que tengas que abandonar el centro deportivo, gimnasio o que debas soltar las mancuernas que tienes para entrenar en tu hogar, para así poder volver a la normalidad y evitar que puedas desmayarte o inclusive morir de forma súbita, o sea que no solamente debes preocuparte por el hecho de vomitar mientras te ejercitas.
Todo lo que voy a mencionar aplica tanto para hombres como para mujeres.
LEE: tomar agua en exceso te puede dar muchas ganas de vomitar, dolor de cabeza, mareos y en casos extremos te puede matar.
Explicación más a fondo sobre las causas que generan ganas de vomitar durante la práctica de ejercicio
1. Alimentación mala o deficiente:
Usualmente, el comer muy poco antes de la practica de ejercicio físico intenso se deriva rara vez en ganas de vomitar o en la acción física como tal de este factor fisiológico.
Generalmente lo que sentimos por falta de nutrientes, cuando estamos en medio de la rutina de ejercicios, es un mareo que puede ser leve o intenso casi que obligándonos a sentarnos o a acostarnos en donde sea.
Porque por obvias razones, o sea por haber comido poco o nada antes de una sesión de entrenamiento de alta intensidad, no tendríamos energía suficiente para seguir de pie, corriendo, saltando, levantando pesos retadores, etc.
Y esto, es porque los niveles de glucosa sanguínea y glucógeno hepático (además de posiblemente también de glucógeno intramuscular) están muy bajos por no haber comido una porción decente de carbohidratos, sobre todo los del tipo complejo como el arroz, pasta, patatas, etc.
Además de una porción de proteína junto a una buena ensalada de verduras, unos 90-120 minutos antes de iniciar la rutina de entrenamiento de alta intensidad.
Algunas personas optan por comer unas 3 a 6 horas antes de iniciar la rutina, lo cual es un período muy largo de "ayuno" para que nuestro cuerpo pueda afrontar un Entrenamiento anaeróbico en sus máximas capacidades de rendimiento.
Algunas personas sienten ganas de vomitar cuando comen muy poco porque su cuerpo debe trabajar en exceso con lo poco que tiene, pero al mismo tiempo generando más productos de desecho y más lactato (el cual se puede reciclar en gran porcentaje).
2. Acumulación excesiva de ácido láctico y productos que pueden contaminar la sangre:
Resulta que cuando hacemos ejercicio físico de alta intensidad en donde nuestro ritmo cardíaco sobrepasa el 70-75% de nuestra frecuencia cardíaca máxima, nuestro cuerpo, en los primeros 10-15 segundos (o 30 como máximo) usa la fosfocreatina como materia prima para generar energía en forma de ATP.
Pero después de este "pequeño" (pero potente) período de tiempo, se empieza a usar el glucógeno muscular, y algo de glucosa sanguínea además del glucógeno hepático que alimentar a nuestro cerebro y sistema nervioso, como materia prima para generar energía en forma de ATP y poder hacer efectiva la contracción de los grupos musculares por tiempos más prolongado (2-3 minutos).
Y por supuesto de permitir antes de esto de que nuestras motoneuronas puedan ser capaces de enviar buenos impulsos nerviosos hacia nuestro tejido muscular esquelético.
Resulta que el producto de este Proceso Energético Lactacidemico) es el ácido láctico (entre otros productos metabólicos que son de desecho).
Bueno, aquí quiero aprovechar para aclarar que del total del ácido láctico que se produce solo del 1% al 2% es eliminado a través del sudor o la orina, y que el resto es reciclado para volver a ser convertido en glucógeno y poder ser reutilizado.
LEE: todo lo que sucede con el ácido láctico que se produce tanto cuando realizamos entrenamientos prolongados de alta intensidad como cuando realizamos otro tipo de actividades.
RETOMANDO:
Cuando hacemos rutinas de resistencia-hipertrofia de una manera exigente en cuanto a los pesos que movemos o levantamos, y reduciendo los tiempos de descanso entre series.
O cuando hacemos entrenos intensos para un deporte específico, este sistema o mecanismo energético lactacidémico tiende a estar casi que al límite generando grandes acumulaciones de ácido láctico en nuestra sangre, dando muy poco tiempo para su reciclaje, por lo cual después de un tiempo (que varía de acuerdo al nivel de cada persona) nos van a generar esas temidas "ganas de vomitar".
Aunque para muchos esto sea algo bueno, se puede "agarrar" un buen nivel de entrenamiento sin necesidad de llegar a vomitar, o sea que no es necesario llegar al punto de querer vomitar o de hecho hacerlo, para saber que un entrenamiento de alta intensidad fue provechoso para mejorar ciertas capacidades funcionales fisiológicas.
En estos casos es decir cuando se empiezan a sentir ganas de vomitar, es preferible disminuir la intensidad del entrenamiento hasta que estas ganas de vomitar hayan desaparecido.
Ya si éstas son muy intensas y si de hecho se opta por vomitar (porque no se hizo caso y se siguió entrenando), lo mejor sería o bien parar completamente y aplazar el entrenamiento, o parar, comer y tomar algo y esperar unos minutos a ver qué tal reacciona el organismo para determinar si continuar o no con la sesión de entrenamiento.
Debo agregar además, que este punto se relaciona mucho con el siguiente:
3. Ir a entrenar sin haber esperado a reposar bien la comida pre entrenamiento:
Para muchos un tiempo prudencial puede ser una hora, para otros hora y media y para otros 2 horas.
El promedio, para evitar estas molestias de sentir "ganas de vomitar", debería ser el comer unos 90 minutos antes de irnos a entrenar bien sea al gimnasio o a lugar de entreno del deporte que practiquemos.
Por supuesto se debe optar por consumir una buena porción de algún carbohidratos complejo junto a un porción moderada de proteína (pollo, carne, etc.) acompañando esto con alguna ensalada de verduras muy variada.
Por supuesto las cantidades de los alimentos en esta comida pre entrenamiento, en la post entrenamiento y en el resto de comidas del día, dependen del requerimiento energético basal y total de cada quien.
Cuando entrenamos de una manera intensa (alzando buenos pesos con una buena potencia), llega un momento en que nuestro cuerpo dice: "Bueno, mandemos toda nuestra sangre y por ende gran parte del agua, de la glucosa y por ende de nuestra energía para rendir en el entrenamiento e interrumpamos por ende el proceso digestivo, así que devolvamos los alimentos que aún están en el estómago, al medio ambiente".
Esta sería como una explicación vaga y sencilla de lo que sucede cuando se come mucho antes de entrenar y no se deja pasar un tiempo prudencial antes de empezar la rutina de entrenamiento.
En resumen podría decirse que todo está relacionado con lo que suceda en el plasma sanguíneo y las adaptaciones fisiológicas que una persona pueda presentar.
Si una persona principiante decide realizar un entrenamiento de alta intensidad al nivel de una persona más experimentada, pues su plasma sanguíneo perderá mucha más agua, se saturará rápidamente de desechos metabólicos y por ende su plasma sanguíneo se volverá extremadamente viscoso ralentizando el transporte de oxígeno y nutrientes hacia las células.
Todo esto causando ganas de vomitar, dolor de cabeza y mareos (por la alta presión que se ejerce sobre las paredes arteriales) durante la sesión de entrenamiento y muchas veces también horas después de haberla terminado.
Por supuesto quienes llevan más tiempo entrenando y que por ende se supone deben tener mejores adaptaciones fisiológicas, probablemente no sientan estas molestas ganas de vomitar durante su sesión de entrenamiento, y quizá como mucho puedan experimentar un leve y pasajero mareo y uno que otro leve y también pasajero dolor de cabeza.
Aunque claro, si no se tiene en cuenta una adecuada nutrición, una adecuada hidratación (agua y minerales) y el escuchar al organismo, pues si que pueden padecer estas agobiantes molestias con mayor intensidad y duración.
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Otras razones de por qué te dan ganas de vomitar al hacer ejercicio en cualquier momento del día
Además de las causas anteriores, existen otras razones poco comunes que puedes experimentar en algún momento de alguna sesión de entrenamiento:
1. Sentir muchos nervios antes de entrenar o antes de alguna competencia deportiva:
- Cuando un/a deportista se enfrenta a una competición, es muy común tener estrés pre-entrenamiento. Este tipo de emociones como los nervios y la ansiedad, hace que las hormonas del estrés se liberen de manera brusca lo cual altera nuestro estómago produciendo finalmente el vómito.
2. Tener tendencia a marearte fácilmente no solo cuando haces ejercicio:
- Existen personas que tienen una sensibilidad más alta de lo normal en el oído interno, lo cual puede empeorar por los movimientos que realizas con tu cuerpo durante el entrenamiento, y que por ello te den ganas de vomitar.
Ejercicios donde debas dar muchas vueltas, donde debas saltar o correr también pueden afectarte y hacer que vomites fácilmente.
3. Consumir comidas poco adecuadas antes de hacer ejercicio:
- Algunos alimentos y bebidas pueden sentarte mal y provocarte ganas de vomitar, a veces casi que de inmediato.
Evita las bebidas con alcohol y cafeína y los alimentos con un alto contenido en grasas trans y sobresaturadas, edulcorantes artificiales, fibra y fructosa antes de empezar entrenar.
LEE: aprende lo que debes comer antes y después de hacer ejercicio para evitar sentir náuseas y Ganas de vomitar.
¿Cómo evitar las ganas de vomitar al hacer ejercicio?
Estos consejos te ayudarán a evitar sentir náuseas y ganas de vomitar durante el ejercicio y también a evitar sentir náuseas y ganas de vomitar después de entrenar.
- 1. Duerme bien para que puedas rendir al máximo: A pesar que no lo mencioné antes, el hecho de no haber dormido bien afecta la Homeostasis de tu cuerpo con lo cual al entrenar a máxima intensidad, la producción de lactato y desechos metabólicos aumentará considerablemente y ya sabes que ésto te hará sentir náuseas y ganas de vomitar.
- 2. Tantea los horarios y las cantidades de las comidas: Prueba comiendo 60, 90, 120 o 150 minutos antes de entrenar para que los alimentos ingeridos sean bien digeridos, para que así tu sistema nervioso no tenga que acaparar mucha sangre durante tu sesión de entrenamiento.
- 3. Evita comer cosas de difícil digestión: En una comida pre entrenamiento se deben evitar los alimentos ricos en fibra, ricos en grasas saturadas, colorantes y conservantes.
- 4. Mantente bien hidratado(a) antes, durante y después de hacer ejercicio: El punto es No tomar solamente agua sino una bebida que aporte también minerales electrolitos para mantener un correcto balance en el plasma sanguíneo que permita llevar a cabo de forma óptima los procesos de producción de energía, de reciclaje de lactato y de eliminación de productos de desecho metabólico.
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