¿Cuál es la diferencia entre ansiedad y depresión? ¿Afecta más a las mujeres? ¿Son peligrosos los fármacos? "Estoy deprimido" o "tengo la depre" son frases que se pronuncian al azar con mucha frecuencia para hacer alusión a una sensación de tristeza o desilusión.
Pero lejos de ser un simple bajón en el estado de ánimo, la depresión es una alteración de las emociones en la que confluyen muchos síntomas que deterioran notablemente la calidad de vida.
La organización mundial de la salud ha catalogado a este trastorno del afecto como la primera causa de incapacidad en el mundo, y para 2030 podría ser la primera.
¿Cómo se puede saber si una persona realmente sufre de un trastorno depresivo que amerita tratamiento?
La depresión abarca más de veinte síntomas que pueden presentarse de forma leve, moderada o severa. Los más comunes son incapacidad para concentrarse, falta de energía, insomnio, pérdida del apetito, tristeza, pensamientos repetitivos sobre un mismo tema, así como la culpabilidad, pesimismo y sensación de un camino sin salida que a veces lleva a ideas suicidas.
¿En qué la depresión se diferencia de la ansiedad?
Aunque tienen en común la pérdida del apetito, el insomnio y la falta de concentración, en la ansiedad no hay falta de energía, ni culpa o ideas suicidas. Pero si nerviosismo, que existe también en la depresión.
¿A qué se atribuye este problema?
Se sabe que depende de la dinámica de un grupo de neurotransmisores o sustancias del cerebro, entre las que figuran la dopamina y el glutamato, pero principalmente tiene que ver con un desequilibrio en el nivel de serotonina y noradrenalina.
¿Eso quiere decir que se nace con ese desequilibrio y, por tanto, con predisposición genética a la enfermedad?
Sí. Hay familias en las que en lugar de que la hipertensión corra por sus venas, corre la depresión. Pero algunas personas pueden ser más vulnerables que otras. Es posible que alguien la sufra aun su hermano o hermana no, aun siendo sometidos a la misma situación.
Si hay personas que nacen con la predisposición pero no todos desarrollan la enfermedad, entonces ¿qué factores pueden disparar la enfermedad?
La pérdida del empleo, un divorcio, un accidente, un atraco, el diagnóstico de una enfermedad y situaciones similares.
¿Es cierto que la depresión es más común en las mujeres? ¿por qué?
En la adolescencia y antes de los 65 años sí tiene mayor prevalencia en las mujeres, sin que se conozca la causa exacta. Aunque también esto puede estar ligado a que ellas son las que más consultan.
De hecho, los hombres registran mayores tasas de suicidio, lo cual suele corresponder a personas con depresiones no controladas, que nunca consultaron. Pero en los extremos de la vida, en niños y adultos mayores se da por igual en ambos sexos.
¿Qué tanto llega a afectar la calidad de vida esta enfermedad?
Es muy incapacitante. En los adultos puede impedirles trabajar y en los niños, estudiar. Además, afecta las relaciones familiares, el uso del tiempo libre y el goce de la vida.
¿Es posible que la depresión termine por causar daño en otros órganos?
Claro que sí, por eso hoy en día se considera una enfermedad tan importante, porque puede llegar a alterar el funcionamiento del corazón, el páncreas y la tiroides.
Los antidepresivos son medicamentos que generan temor en muchas personas porque se cree que son adictivos y que generan muchos efectos adversos. ¿Es eso cierto?
Hace unos años producían problemas gastrointestinales, estreñimiento, visión borrosa, alteraciones en la presión arterial y resequedad en boca, entre otros efectos.
Pero hoy en día tienen un mejor perfil de seguridad y sus efectos se reducen a nauseas, vómitos, cefalea y temblor, que son mucho más manejables. Eso sí, contrario a lo que la gente cree, nunca han sido adictivos. Esto es un mito.
¿En qué otro aspecto se ha avanzado en materia de medicamentos?
En que los más modernos son muchos más efectivos para revertir los síntomas, lo que les permite a los pacientes tener una excelente calidad de vida, igual que un diabético o un hipertenso. Además, actúan mucho más rápido, pues mientras hace una o dos décadas había que esperar entre 6 a 8 semanas para obtener una mejoría notoria, ahora es posible en solo una o dos semanas.
Al igual que en las enfermedades crónicas mencionadas ¿El paciente con depresión también debe tomar los fármacos de por vida?
No. Por lo general los tratamientos oscilan entre seis meses y un año. Pero cuando se trata de un paciente que es muy susceptible a tener una recaída, se considera la posibilidad de aumentar ese tiempo a dos o hasta cinco años.
¿Qué papel juega la familia en el tratamiento, de qué manera puede ayudarle al paciente a superar su problema?
La familia es un modelo de apoyo que debe velar porque el paciente coma y duerma bien y consuma los medicamentos correspondientes. Muchas veces debe asumir incluso el papel de psicoterapeuta, conscientizando al paciente de que la manera en que está viviendo no es la adecuada o señalándole, por ejemplo, que está progresando.
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