El sistema músculo-esquelético es el conjunto armónico y funcional de huesos, músculos y tendones que permiten desplazarnos y movernos.
Se calcula que una de cada seis visitas al médico son debidas a dolores originados en alguna de estas estructuras anatómicas.
Cuando los síntomas afectan a niños y adolescentes, repercuten en la dinámica familiar y originan angustia entre padres, cuidadores y familiares.
Muchos de estos dolores se presentan de manera súbita y muy intensa; en algunos casos llegan a hacer llorar de manera incontrolable a los niños y/o causarles muchas molestias a ellos y a los adolescentes.
Síntomas de dolor muscular en niños y adolescentes
La mayoría de los síntomas son de naturaleza transitoria y tienden a desaparecer con el paso del tiempo, mientras que otros se asocian con algunas enfermedad que amerite atención médica especializada y muchas veces inmediata.
Las manifestaciones más comunes de los dolores músculo esqueléticos, tanto en niños como en adolescentes, incluyen llanto e irritabilidad, sin que el niño o adolescente puedan ubicar de manera específica el sitio del dolor; también se presenta una disminución en la práctica de ejercicio, actividad física y deportiva, causado por el mismo dolor; manifestaciones apáticas para llevar a cabo ciertas acciones o actividades de las que antes solía gustar.
Puede presentar cojera, debilidad muscular general lo cual repercute en la marcha con posibles caídas frecuentes.
Cuando los adultos padres o acudientes de estos niños o adolescentes los acompañan a consultas médicas, es algo bastante necesario e importante debido a que facilitan la comunicación entre el niño y el médico, además de brindarle seguridad y confianza en su relación con el examinador.
¿Cuál es el origen del dolor músculo-esquelético en los niños y adolescentes?
Todas las estructuras del sistema locomotor pueden originar dolor: huesos, tendones, músculos, fascias, entesis (sitios de inserción de los tendones a huesos, músculos o ligamentos), nervios, vasos sanguíneos, entre otros.
Según la duración del dolor, éste se clasifica como agudo si es menor a 6 semanas, o crónico si persiste por más de 6 semanas. El dolor agudo se asocia frecuentemente con traumas o infecciones, mientras que el dolor crónico suele tener origen mecánico o inflamatorio.
1. Causas mecánicas: Los procesos mecánicos son inherentes a la función del aparato locomotor y tienen como objetivo facilitar el movimiento.
El uso frecuente o excesivo de los músculos y tendones, por ejemplo tras un día de práctica extensa de ejercicio físico y/o deportivo, además de extensas jornadas de estudio, frecuentemente se asocia con una sensación de cansancio (físico y mental), fatiga y dolores constantes en todo el cuerpo.
Otras causas de dolor de origen mecánico incluyen el uso excesivo del sistema músculo-esquelético, por ejemplo en niños o adolescentes deportistas de alto rendimiento.
Condiciones como la hipermovilidad articular, el desacondicionamiento físico, la pérdida de balance normal entre músculos agonistas y antagonistas que alteran la postura y originan retracción de las extremidades, el sobreentrenamiento, el pie plano y las alteraciones en los ángulos y posiciones de los miembros inferiores, generan la aparición de estos dolores.
2. Causas inflamatorias: Las inflamaciones más comunes se deben a infecciones de tejidos balndos; por ejemplo: de piel y grasa que se expresan como celulitis, del músculo expresadas como miositis, de tendones como tendinitis y de fascias como fascitis; mientras que la inflamación de los tejidos duros se manifiesta como artritis (inflamación de las articulaciones) y osteomielitis (infección de los huesos).
Estas infecciones usualmente tienen origen bacteriano y suelen responder al tratamiento con antibióticos y anti-inflamatorios.
Un segundo grupo de cuadros inflamatorios reactivos aparecen después de una infección gastrointestinal (disentería) o respiratoria. La enfermedad más importante de este grupo es la fiebre reumática.
Otras entidades de origen inflamatorio se asocian con enfermedades reumáticas o autoinmunes que originan inflamación de las articulaciones y otros tejidos y estructuras.
A este grupo pertenecen enfermedades como la artritis idiopática juvenil (conocida previamente como artritis reumatoide juvenil), las miopatías inflamatorias de origen autoinmune y también enfermedades como el lupus eritematoso sistémico juvenil, esclerodermia y vasculitis; estas últimas enfermedades frecuentemente se asocian con el dolor músculo esquelético.
¿CÓMO DIFERENCIAR DEL DOLOR DE ORIGEN MECÁNICO DEL DOLOR DE ORIGEN INFLAMATORIO?
El dolor estrictamente mecánico se presenta en horas de la noche, después de un día de gran actividad y/o ejercicio físico, y mejora tras el reposo.
No se asocia con limitaciones de los arcos de movimiento (diferentes movimientos normales de las articulaciones) y suele disminuir con el tiempo; mientras que el dolor estrictamente inflamatorio se presenta predominantemente en las horas de la mañana, y se asocia con rigidez matinal, mejora durante la actividad física a lo largo del día y con la toma de medicamentos antinflamatorios, y se asocia con disminución en los arcos de movimiento y de las articulaciones.
En el siguiente cuadro se presentan las principales características del dolor mecánico y del inflamatorio:
La inflamación se refiere a la presencia de tumefacción (sensación de masa), presencia de calor, eritema (coloración rojiza) y dolor localizado.
La rigidez matinal se refiere a la sensación de rigidez de no poder moverse normalmente al levantarse en horas de la mañana; los síntomas persisten por un cierto período de tiempo.
"DOLORES DE CRECIMIENTO":
Algo muy frecuente en los niños y en algunos adolescente son los dolores episódicos de los miembros inferiores tradicionalmente conocidos como "dolores de crecimiento".
Dicho término no es el más apropiado, pues indica que el proceso de crecimiento deba ser siempre algo doloroso lo cual es algo totalmente erróneo.
Los niños pasan por diferentes etapas donde ganan rápidamente talla y peso, sin que ello implique que se originen estímulos dolorosos.
Por eso es preferible usar el término "dolores benignos paroxísticos de la infancia o adolescencia", un tipo de dolores músculo-esqueléticos inespecíficos de naturaleza no inflamatoria y de curso transitorio y benigno.
Usualmente se presentan en el rango de edad comprendido entre los 3 a 14 años.
De manera característica este dolor se presenta en horas de la noche, inclusive pueden llegar a ser tan intensos como para despertar al niño o adolescente.
Compromete los miembros inferiores de manera difusa, bilateralmente, y afectan principalmente los músculos gastrocnemios (pantorrillas), la parte proximalde la pierna (muslos) y tobillos, no causan cojera ni limitan la actividad física diaria.
Pueden esta asociados con un día en el cual el niño realizó una actividad deportiva de carácter intenso.
El examen físico del niño o adolescente será normal o puede evidenciarse una hipermovilidad articular.
Su aspecto en general es bueno y el dolor se alivia luego de aplicar ciertos masajes, compresas tibias, cremas o analgésicos comunes. Al día siguiente el niño o adolescente podrán regresar a la práctica de sus actividades físicas diarias comunes.
SÍNDROME DE AMPLIFICACIÓN DEL DOLOR:
Los niños y adolescentes que sufren de los síndromes de amplificación del dolor tienen una alteración en la percepción nociceptiva que incrementa de manera exagerada los estímulos dolorosos, llegando a limitar la movilidad y a motivar a la inasistencia escolar.
Usualmente no se evidencia inflamación, infecciones o traumas y los estudios de laboratorio y las imágenes son normales.
Cuando se presenta de manera localizada se denomina dolor regional complejo, mientras que si lo hace de manera difusa corresponde a la fibromialgia juvenil.
Estos síndromes son de difícil manejo y requieren de la participación del médico especialista, con el fin de disminuir el dolor y recuperar la funcionalidad en el ambiente familiar y escolar.
ARTRITIS IDIOPÁTICA JUVENIL;
La artritis se manifiesta por inflamación de las articulaciones, en especial las de las rodillas, los tobillos, las muñecas, los nudillos y los dedos de las manos.
Una articulación inflamada es dolorosa, también se pondrá "hinchada" y caliente y sus movimientos serán limitados o disminuidos.
Si la artritis persiste por más de 6 semanas y se descarta una infección (artritis séptica) o un trauma, se podría sospechar una artritis idiopática juvenil.
Tratamiento del dolor músculo-esquelético
El dolor músculo-esquelético de causa mecánica mejora con el reposo, masajes, cremas aplicadas en la zona afectada, o el uso de analgésicos comunes como el acetaminofén, mientras que los dolores de origen inflamatorio suelen responder al uso de medicamentos anti inflamatorios.
Cuando se detecta una lesión traumática, la intervención más importante es el reposo. Inicialmente se deben aplicar paños fríos para evitar la inflamación secundaria al trauma. El médico recomendará el tiempo de reposo necesario para recuperarse de la lesión.
El dolor originado por sobreuso del sistema músculo-esquelético o lesiones deportivas requiere de una corrección de la práctica errada que origina la lesión, a través de una monitoria cercana de la actividad física o deportiva.
La artritis idioática juvenil siempre requiere de tratamiento especializado por un reumatólogo pediatra. Existen varios medicamentos que detienen la inflamación y evitan el daño de la articulación.
La artritis crónica inflamatoria se asocia con varios problemas, entre ellos alteraciones del crecimiento, problemas oculares y manifestaciones de otras partes el cuerpo que deben ser detectadas y tratadas de manera pronta y adecuada por el médico especialista (reumatólogo).
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