Opta porque tu cerebro esté siempre saludable y en óptimas condiciones ya que día a día realizamos cosas que no sabemos que podrían alterar de una manera u otra, poco a poco, la salud de nuestro cerebro.
Algunas cosas que hacemos pueden incluso llegar a causar procesos denegerativos que con el paso de los años se harán más notorios.
Otras tal vez no sean tan graves pero que aún así podrían llegar a afectar nuestro bienestar, nuestras capacidades cognitivas y a veces cualidades o capacidades tan simples de realizar como lograr una buena expresión verbal.
Nuestro cerebro es un órgano muy complejo, realiza un sin número de funciones pero lamentablemente es relativamente débil si no se le trata bien.
Aplicar los consejos que menciono durante el artículo para lograr mantener nuestro cerebro sano y en óptimas condiciones, es crucial para mantener una excelente salud general.
1. Evitar cubrir la cabeza cuando estamos durmiendo.
En regiones en donde se manifiestan las bajas temperaturas (el "frío"), es común ver a personas en las calles o en sus casa con la cabeza cubierta, lo cual en estado activo no es malo si se tiene en cuenta que es recomendado mantener la temperatura corporal.
Sin embargo, cuando llega la hora de dormir, la cabeza es el lugar que deberíamos mantener libre, despejado.
Durante la noche se llevan a cabo ciertos procesos de reparación y renegeración, y ya de por sí hay un aumento interno de temperatura a causa de ésto, el cual no debe ser incrementado por medio de un gorro u otro artefacto que decidamos vestir en nuestra cabeza.
Si lo hacemos, aumentamos demasiado la temperatura interna de nuestro cerebro, lo cual incrementa indirectamente la producción de dióxido de carbono, lo que afecta negativamente nuestro cerebro poco a poco y a la larga.
2. Dormir bien y las horas recomendadas.
Mucha gente piensa que dormir bien es simplemente acostarse, descansar y hacerlo a cualquier hora siempre que se cumplan las 8 o 9 horas recomendadas.
Aunque eso es mejor que nada, hay que tener en cuenta que lo más recomendado es evitar los trasnochos, lograr mantener buenas horas de sueño profundo, y por supuesto dormir las 8 o 9 horas recomendadas por los médicos.
Cuando me refiero a evitar los trasnochos, es porque el cuerpo tiene horarios en los que la secreción hormonal anabólica (positiva, de síntesis, desarrollo y crecimiento) es mucho mayor.
De ahí que la calidad del sueño mejora acostándonos a las 9, 10 o más tardar 11 de la noche.
Claramente a causa de este mundo moderno donde hay profesiones que exigen horarios de trabajo nocturnos, muchos no puedan lograr este objetivo.
Siendo este el caso, se recomienda que en el tiempo que tengan para dormir, lo hagan en una habitación totalmente oscura, con un clima entre los 24 a 26 °C, y sin interrupciones sonoras.
3. Evitar el sedentarismo.
Si bien lo más afectado por este factor sería nuestra musculatura esquelética, nuestro cerebro también "sufre" de cierta forma en el sentido de que no se hace algo para mejorar la calidad de la sangre, y por lo mismo no se mejora el transporte de nutrientes y de oxígeno que llegan al cerebro.
Estas mejoras se dan solamente con la práctica constante de ejercicio físico, según sea el nivel de entrenamiento de cada persona.
Otra cosa mala del sedentarismo, es que el cerebro podría volverse igualmente sedentario.
Si no se puede evitar el sedentarismo físico, por lo menos evitar el "sedentarismo mental", en base a la estimulación del cerebro con lectura, juegos mentales, etc.
4. Debemos evitar los ayunos exagerados e improvisados.
Muchas personas por estética, religión o simple afán (por levantarse tarde) se saltan el desayuno o esperan demasiado tiempo para consumirlo una vez se despiertan.
Nuestro cerebro, las neuronas y en general el sistema nervioso (además de otros tejidos) son 100% glucolíticos, es decir que consumen glucosa como única fuente de energía.
Cuando despertamos, todos estos tejidos, especialmente el cerebro y las células del sistema nervioso se activan de una forma casi que súbita, por lo cual en la gran mayoría de personas los aminoácidos existentes que pueden convertirse en glucosa, e igualmente el glicerol (que también puede convertirse en glucosa) de los triglicéridos no es suficiente para mantener esa demanda energética.
Mucho menos cuando se pretende realizar algún tipo de actividad física moderada o intensa (ejercicio físico).
Si se ayuna, se corren riesgos de padecer hipoglucemia, mareos, dolores de cabeza, y en casos extremos riesgo de shock por una disminución del pH sanguíneo a causa de una exagerada producción de cuerpos cetónicos (cetoacidosis).
Cuando se practica ejercicio físico en ayunas u otras actividades que requieran una gran actividad cerebral-neuronal, se aumenta el riesgo de padecer enfermedades neurológicas como el mal de Parkinson o Alzheimer, entre otras, dado que es probable que poco a poco vayan muriendo neuronas por el trabajo excesivo sin su alimento esencial.
5. Tratar de relajarnos en buen sentido evitando el estrés a como de lugar.
Con relajarnos no me refiero a tomar todas las cosas a la ligera, como si no tuvieran importancia, porque eso podría ocasionar perder nuestro trabajo, un semestre en la universidad, una relación social o de pareja, etc.
El exceso de estrés y si se mantiene de una forma constante también crea procesos degenerativos, además de la posibilidad de que los radicales libres no sean expulsados de nuestro organismo, enfermándonos, y por supuesto nuestro cerebro sufriendo las consecuencias.
Con esto también debo mencionar que se debe evitar hacer ejercicio, trabajar o estudiar estando enfermos, ya que de por sí se aumentaría mucho más la temperatura corporal (incluyendo la del cerebro).
Y por lo mismo se puede llegar a incrementar la fiebre, y llegar a este aumento exagerado puede llevar a la persona a delirar, y en casos extremos a causar muerte de algunas neuronas, ya que éstas mueren tanto por "hambre" como por cambios radicales de temperatura o pH.
6. Mantenernos hidratados.
Una de las principales causas de deshidratación es el consumo exagerado de licor.
Eso es en sí lo "malo" de los excesos de licor, lo que lleva a tener un espacio extracelular y plasma sanguíneo muy viscoso, con poca agua, lo cual dificulta el transporte de nutrientes y oxígeno a todas nuestras células, incluyendo por supuesto a las neuronas y a nuestro cerebro.
Esa viscosidad genera una mayor presión sobre las paredes de las arterias y venas, lo que causa dolor de cabeza y riesgo de hipertensión.
Mira cómo mantenernos hidratados mejora la salud de nuestro cerebro.
7. Evitar el exceso de carbohidratos simples de bajo valor nutricional y alto contenido calórico.
Este tipo de hidratos de carbono aporta un exceso de glucosa en su forma más simple, que en su mayoría no podrá irse a donde corresponde, y quedará circulando por algún tiempo en el torrente sanguíneo, lo cual ocasiona mareos, dolores de cabeza, paradójicamente ese exceso de glucosa en la sangre ocasiona desánimo, entre otros malestares.
El cerebro pueda que no se vea directamente afectado por esta cuestión, pero si la sangre no circula como es, debido a un excesivo aumento de la glucosa, y por lo mismo las células deben deshidratarse, ahí es donde empieza a sufrir nuestro cerebro, y bienestar de otros órganos.
8. Evitar el encierro, y por ende ser más sociables.
Salir, entablar conversaciones con amigos, amigas, con la pareja, etc., es bueno para estimular todas las capacidades cognitivas y otras habilidades que se manifiestan desde nuestro cerebro.
Estimular la creatividad, la imaginación, la interpretación, son algunas de las habilidades que pretendemos mantener sanas en nuestro cerebro siendo personas sociables.
9. Evitar fumar cigarrillo, marihuana y evitar consumir otro tipo de sustancias Psicoactivas.
Todo lo que afecte la composición de la sangre afectará directamente no solo a nuestro cerebro sino también a todos los órganos de nuestro cuerpo.
Este tipo de sustancias psicoactivas, bien sea que se ingieran a través de pastas, vía intravenosa o se fumen, irán sus compuestos a desembocar en el torrente sanguíneo, siendo la mayoría de éstos tóxicos para nuestro organismo, y por lo mismo tóxicos para nuestro cerebro.
10. Promover el aprendizaje.
Si queremos evitar que nuestro cerebro se atrofie debemos obligarnos a aprender cosas nuevas, a salir de la rutina, a vivir nuevas experiencias.
La monotonía y el hecho de no aprender algo nuevo o de ni siquiera reforzar lo que ya se conoce o se sabe, vuelve a nuestro cerebro lento, perezoso y poco a poco con el paso de los años se puede ir atrofiando.
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