Mira las propiedades nutricionales y de belleza que nos proporciona el té verde.
El té verde es la segunda bebida más consumida en el mundo después del agua, y supera ampliamente en popularidad al café, la cerveza y bebidas gaseosas.
Se toma principalmente como infusión en cualquier hora del día y sirve como acompañante en todas las comidas y/o snacks o refrigerios.
Sin embargo, la recomendación es beber ésta y otro tipo de bebidas 20-30 minutos antes y 30-60 minutos después de las comidas, para evitar alteraciones digestivas al combinar sólidos con bebidas frías o calientes de cualquier tipo.
El té verde, al igual que el agua, es excelente para mantener hidratado el organismo, para que así el proceso digestivo (que se lleva a cabo por la hidrólisis: unión de una molécula de agua con otra de otro tipo) se lleve de manera más eficiente.
Además, el té verde aporta otras propiedades, mismas que serán mencionadas a lo largo del artículo.
Desde siglos atrás se le atribuyen al té verde propiedades benéficas para la salud, y la ciencia moderna ha podido comprobar muchas de ellas; el té verde es un poderoso antioxidante que ayuda a retrasar el proceso de envejecimiento.
Es depurativo (ayuda a eliminar toxinas), es un calmante natural y muy benéfico para el sistema digestivo.
Propiedades nutricionales del té verde
El té verde es rico en minerales tales como el sodio, flúor y vitaminas A, B y C las cuales refuerzan el sistema inmune y ayudan al cuerpo a protegerse en caso de virus o infecciones provenientes del medio ambiente.
Existen varias clases de té agrupadas popularmente por su color; entre ellas se destaca el té verde, el negro, el blanco, el rojo y el azul.
El consumo de té verde está asociado con una disminución del riesgo de problemas para la salud en todas las personas, siendo las de mayor riesgo los adultos mayores.
Problemas tales como infartos, deterioro cognitivo y osteoporosis.
Puede ayudar en la regulación del apetito y por su afinidad con los receptores canabinoides puedes disminuir el dolor y las náuseas, sirviendo también como calmante.
Los componentes químicos de esta variedad de té hacen de él un potente antioxidante.
EL té verde es rico en otros minerales más allá de los ya mencionados, y por esa razón es benéfico para la dentadura.
Utilizándolo diariamente como enjuague luego del cepillado, previene la caries dental, cuida la salud bucal general y es especialmente recomendado para la Gingivitis, debido a su poder astringente.
Los efectos antioxidantes de la infusión de té verde actúan tanto por intermedio de su ingestión como de su uso externo, para embellecer la apariencia de la piel.
Retarda el proceso de envejecimiento, ayuda a conservar la humedad y frescura del cutis, fortalece la capa protectora de la piel, alivia los efectos producidos por la prolongada exposición al sol y reduce la inflamación, además de ser un poderoso astringente muy utilizado como componente de algunos productos cosméticos.
¿Cómo preparar té verde?
El té verde tiene un bajo contenido en teína y debe prepararse con agua que no esté hirviendo, ya que las hojas se cuecen muy rápido y el té resultaría demasiado amargo.
Con el agua entre 75-80°C y entre 2-3 minutos de reposo (luego de haber hervido), se obtendrá una infusión muy aromática y reconfortante.
La infusión resulta suave y delicada, ligeramente herbal y de tonos amarillentos, verdosos o dorados.
Es recomendado utilizar una tetera exclusivamente para preparar el té verde, a la que nunca se deba lavar con ningún detergente, sino solamente con agua.
Al adquirir té verde, se deben elegir los envasados al vacío y en pequeñas cantidades, para asegurarse que permanezca fresco.
Se lo debe conservar en frascos oscuros o latas herméticas en lugares frescos y secos.
Como bebida natural posee efectos depurativos para el organismo, sin embargo, funciona mucho mejor si, además, se lo aplica como tratamiento facial.
Maneras de aplicar té verde de manera facial:
Se debe vaciar el contenido de una bolsita de té verde para realizar una infusión.
Las hojas que quedan deben ser muy bien escurridas, mismas que luego deberán ser mezcladas con miel hasta poder lograr una pasta.
Después aplicarla sobre el rostro, mismo que debió ser lavado con anterioridad. Se debe aplicar tipo mascarilla y dejar actuar durante diez minutos.
Luego se debe enjuagar el rostro con agua a temperatura ambiente.
Preparar una infusión de té verde como si se fuera a beber.
Una vez que la cantidad de té añadido (una bolsita) haya reposado en el agua hirviendo, es decir hasta que la temperatura baje considerablemente, se debe tomar un trozo de algodón y remojarlo con la infusión, y luego aplicarlo por todo el rostro como si fuera un tónico.
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