El estrés puede afectar de forma negativa tu sistema inmune y por ende las defensas de tu cuerpo.
Altos niveles de estrés están relacionados con la manifestación de enfermedades y molestias a nivel gastrointestinal como la gastritis, colon irritado, mal absorción de nutrientes y también cáncer de colon, entre muchas otras.
Ten mucho cuidado, porque el acelere propio de este mundo moderno podría traerte consecuencias afectando de forma negativa tu salud.
Está comprobado que dejarse dominar por el estrés causa el 80% de las enfermedades que se padecen hoy en día.
Si nos vamos a una explicación física, cuando un cuerpo ejerce mucha presión sobre otro, este último termina por ser destrozado.
Lo mismo ocurre con tu cuerpo en condiciones de riesgo como el acelere y las exigencias a las que es sometido día a día, debido a las obligaciones laborales y académicas, tareas domésticas y compromisos sociales, entre otro tipo de actividades en la que parece que el tiempo no te alcanza o no es suficiente y que hacen que sufras de mucho estrés.
Ante el semejante desgaste mental, físico y emocional que genera el estrés, tu organismo puede no estar preparado y por lo mismo optará por agotar rápidamente sus recursos energéticos para afrontar este tipo de situaciones, generándose así ciertas respuestas neurológicas y endocrinas que derivan en un aumento de la producción de adrenalina y el cortisol.
En estas condiciones se desencadenan procesos inflamatorios y de inmunopresión, que te conducen de una manera inevitable a volverte vulnerable a contraer algún tipo de enfermedad.
El estrés es la máxima enfermedad, la madre de todas, porque de él (o ella) se derivan muchas de las enfermedades que se conocen hoy en día.
Tienes que saber que recientes estudios han establecido que el estrés es capaz de producir alrededor de cien enfermedades respiratorias, autoinmunes, gastrointestinales, infecciosas y de otro tipo como la hipertensión, hipercolesterolemia, accidentes cerebrovasculares, lupus, artritis reumatodie, gripe, dolores en articulaciones, fibromialgia, cefaleas, depresión, colon irritado, vértigo, alergias, asma, desórdenes menstraules, etc.
El hecho de que tu seas capaz de responder a la adversidad y adaptarte a ella depende no solo de la intensidad de las situaciones a las que te enfrentes sino a tu capacidad para reconocer sentimientos de culpa, la frustración y el miedo, que se te pueden ir acumulando y genera así un estrés crónico.
También son determinantes tu nivel de autoestima, seguridad en ti mismo(a), autonomía y el apoyo de tus familiares y otros seres queridos, dado que todo esto te confiere habilidades para enfrentarte a tu realidad y resolver los conflictos de la mejor manera.
Sin embargo, con todo el poder nocivo que desencadena el estrés, existen medidas sencillas que puedes aplicar para poder controlarlo.
A continuación te mencionó algunas claves o consejos a tener en cuenta para lograr una mejor calidad de vida aprendiendo a manejar, controlar y, por qué no, evitar el estrés:
Evita las molestias causadas por culpa del estrés
1. Debes establecer horarios definidos para actividades básicas como comer, dormir y compartir con tu familia, pareja y otros seres queridos.
Aunque esto puede verse como rutina y puedes pensar que es algo monótono y aburrido, es lo mejor para evitar sufrir preocupaciones y estrés cuando el tiempo no alcanza dado a una mala planificación de actividades.
2. Programa tus finanzas y el tiempo en general de una manera realista.
No te comprometas con aquello que no puedes cumplir. Que no te miedo decir "No puedo" o "No quiero" cuando realmente es lo que es.
Si no aprendes a hacer estas cosas tan simples aumentarás tu ansiedad y grado de insatisfacción.
Por ejemplo, si no tienes mucho dinero y se acerca una fecha especial, obsequia un regalo económico pero muy significativo.
Si no quieres ir a algún sitio no vayas. Lo otro es que no te metas en deudas que verdaderamente son innecesarias.
3. Aprende a identificar y expresar tus sentimientos.
Si tienes algún problema que te atormenta, coméntalo con tu mejor amigo(a), algún familiar de confianza o con tu pareja.
Desahógate, no importa que tengas que llorar, dado que esto alivia la tensión y por ende se evita el estrés
4. Realiza actividades de tu agrado.
Pero evita el sedentarismo. Si te agradan los vídeojuegos, tampoco es bueno que te la pases todo el día sentado haciéndolo, ya que se puede generar igualmente tensión además de empeorar tu salud por el poco movimiento que existe.
Practica deportes, baila, canta, sal con tus amigos. Ve afuera y comparte, sé un ser social.
5. Técnicas de relajación.
Lo más común es que alguien te haga un masaje para lograr quitar la tensión y relajarte.
Pero esto también se puede lograr complementado con prácticas como el yoga y la meditación. Aprende a respirar y mantener buenas posturas ya que esto ayuda a tu bienestar.
6. Mejora tu salud emocional.
Es tan importante como la física. Reflexiona sobre tu modo de actuar con los demás y mira si puedes mejorar.
7. La alimentación.
Consume una dieta rica en alimentos con poderes antioxidantes, que favorezcan a la desinflamación y al reforzamiento del sistema inmune.
Frutas, verduras, productos integrales y proteínas de fuentes vegetales deberían ser las primeras opciones.
Suplementos como el zinc, entre otros que ayuden a reforzar el sistema inmune. Mantente hidratado preferiblemente con agua mineral.
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