Mira cómo evitar los parásitos, aprende cómo atacar esos parásitos que ya tienes que te hacen sentir tan mal.
Mira cómo puedes purgarte para eliminar los parásitos que afectan tu salud y bienestar general.
Infecciones por amebas, giardias o ascaris pueden adquirirse por vía fecal-oral, así que la mejor forma de prevenir el contagio por este tipo de parásitos es lavarte muy bien las manos con un jabón anti-bacterial (dejando que haga espuma y frotar muy bien por un tiempo de 15 a 20 segundos, y luego enjuagar muy bien) antes de cada comida.
Y bueno, no solo antes de ir a comer sino siempre que sea posible porque a veces de forma inconsciente muchas personas tienden a llevarse las manos a la boca cuando están pensando, hablando, viendo tv, etc, después de haber tocado o "manoseado" distintos objetos.
Pero ojo, también alimentos mal cocidos o cocinados, principalmente las carnes de origen animal, pueden ser una fuente de este tipo de parásitos principalmente cuando los mismos no se cocinan bien, es decir cuando se dejan a término medio o de hecho cuando se consumen crudos.
Y aunque la anterior sea la vía más común de contraer estos molestos parásitos, en algunos países subdesarrollados en donde los sistemas de acueducto no son 100% óptimos en cuanto a la prestación de sus servicios, muchas veces los cortes continuos de agua por X o Y motivo hacen que el agua que se supone es potable quede "mal tratada" y por esta misma razón el contagio parasitario es algo constante en estas poblaciones.
Recordemos que muchas veces las aguas mal tratadas pueden tener algún residuo de materia fecal humana o de otro animal.
¿Qué dicen los especialistas acerca de las infecciones causadas con parásitos?
Los especialistas aseguran que la infección por parásitos unicelulares como la giardia y las amebas, los más comunes en muchos países alrededor del planeta, así como otros que son pluricelulares como las ascaris (lombrices) y la tenia, se adquieren principalmente por vía fecal-oral.
Lo anterior nos indica que un individuo los excreta y otro los consume (La recomendación de lavarse las manos no es solo por el consumo de nuestra propia materia fecal, sino por el hecho de luego tocar ciertas partes del baño o de otras partes de nuestro hogar o sitio público que pudieran estar contaminadas por algún familiar, conocido, etc.
O por la simple manipulación de dinero, por ejemplo, algo que pasa de mano en mano).
Los casos más típicos de contagio son cuando las personas van al baño, se limpian el trasero, tocan el manojo de la puerta, las paredes, etc., no se lavan bien las manos (o de hecho No se las lavan) y luego se disponen a preparar alimentos o consumir aquellos ya preparados sin el uso de cubiertos (Ojo, el uso de cubiertos y servilletas no es 100% algo seguro para evitar el contagio de este tipo de parásitos o bacterias).
Por todo lo mencionado, es importante tomar medidas para prevenir y evitar que los parásitos terminen dentro de nuestro organismo consumiendo los nutrientes que necesitamos para nuestro desarrollo y desempeño diario normal, y por supuesto para evitar que nuestra salud se ve afectada de manera negativa.
¿Cómo reconocer estos parásitos que perjudican nuestra salud?
AMEBAS. La infección por este o estos parásitos se manifiesta con pujo, es decir que se sienten deseos de ir al baño pero cuando nos sentamos y nos disponemos a intentar defecar no logramos expulsar algún tipo de materia fecal.
Sin embargo en muchas ocasiones la persona si puede llegar a expulsar heces fecales aunque las mismas pueden ser algo "babosas" y cubiertas con sangre.
GIARDIA.
En la gran mayoría de los casos la personas que tienen este parásito dentro de su organismo presentan diarrea crónica, expulsando heces muy grasas y con un olor extremadamente fétido.
Por esta razón la persona suele a perder masa corporal fácilmente tanto por el grado de deshidratación que se produce como por el hecho de no estar absorbiendo nutrientes de forma óptima.
ASCARIS O LOMBRICES.
Estos gusanos son capaces de producir cólicos, diarrea y en los niños por lo general son causantes de distensión abdominal.
Todo esto deriva en pérdida de masa corporal por deshidratación y mal nutrición.
TENIA.
Lo más usual de su manifestación es que la persona siente cólicos de forma frecuente, diarrea severa y por la misma razón ocurre pérdida de masa corporal y mal nutrición. Es muy difícil diferenciarla con la manifestación de Ascaris.
Usualmente la Tenia tiende a ser más perjudicial en el sentido de que con el paso de los años puede aumentar considerablemente su tamaño hasta llegar a migrar a otros órganos, afectando el comportamiento de la persona, su salud hasta casi llevarla a la muerte.
El riesgo de no atacar los parásitos:
Aunque para muchos y muchas vivir con parásitos puede asumirse como algo normal, lo cierto es que cuando la infestación avanza (como en el caso de la Tenia, por ejemplo) puede producir problemas muy severos, que pueden atentar contra la vida.
Las ascaris, por ejemplo, representan un alto riesgo de anemia, mientras la giardia puede causar mal nutrición, especialmente en los menores, generando ausentismo y bajo rendimiento escolar, y por supuesto un bajo desarrollo físico (poca densidad ósea, poca masa muscular magra, etc.) y un bajo nivel de desarrollo cognitivo.
Pero también existen complicaciones ligadas a la migración de los parásitos a otros sitios diferentes al intestino.
De hecho, las amebas pueden formar abcesos en los pulmones o de tipo hepático, caso en el cual el hígado puede llenarse de pus.
La Tenia por el gran tamaño que puede alcanzar con el paso de los años, también puede migrar y/o extenderse a otros órganos.
Otro riesgo es que las bacterias aprovechen la infección para colonizar, lo que podría generar una infección generalizada conocida como sepsis (aunque esto se produce más por bacterias que por este tipo de parásitos), que puede llevar a la muerte de la persona.
Tratamiento contra parásitos pero sin automedicarse:
El manejo del parasitismo implica realizar previamente un coprológico seriado, es decir, un análisis de muestras de heces tomadas durante tres a cinco días.
También puede optarse por un PCR, una prueba más especializada que determina qué clase de parásitos tiene la persona.
Solo entonces se puede optar por la formulación de medicamentos, bien sea en una sola toma o en esquemas de 7 a 10 días, en los cuales se ha avanzado notablemente, con respecto a los de hace unos años.
De hecho, los de hoy actúan mediante un mecanismo muy diferente.
Antes lo que hacían era generar diarrea, o sea una especie de lavado mecánico para expulsar los parásitos, y por eso se les denominaba purgantes.
Ahora, lesionan el metabolismo del parásito, es decir, lo matan pero sin causar daño en el organismo.
Aunque sí pueden generar algunos efectos secundarios como malestar, vómito, náuseas, cefalea, dolor abdominal y reacciones alérgicas severas.
Esta es una de las razones por las que los especialistas advierten que estos fármacos no deben ser ingeridos al azar.
Muchas personas creen que deben 'purgarse' periódicamente porque consideran que todos los seres humanos tienen parásitos.
Pero esta es una creencia que está muy lejos de la realidad.
Lo que ocurre es que hace unos años, cuando las condiciones de acueducto y alcantarillado eran menos favorables en la gran mayoría de países, había que tratarse cada seis meses porque los índices de contagio eran demasiado altos.
Pero hoy día, no hay necesidad de recurrir a esta medida, a no ser que la persona presente síntomas y se compruebe mediante una prueba que está infectada (NO automedicarse con un purgante por simple sospecha).
Por otro lado, la automedicación supone la posibilidad de generar resistencia bacteriana.
Además, es posible que la persona se tome un fármaco que combate las amebas, cuando lo que en realidad tiene es ascaris, caso en el cual consumirá un medicamento que no necesita y el problema continuará.
Otro peligro que se corre es que hay ciertos fármacos que no pueden ingerirse si la persona tiene anemia, a riesgo de agudizarla. O también que son capaces de inhibir la acción de otros, por lo que podrían causar problemas en pacientes con enfermedades crónicas.
La medida según la cual quienes conviven con el paciente también deben recibir tratamiento, depende de la valoración que realice el médico tratante, pues no siempre es indispensable.
Consejos prácticos para evitar el contagio de parásitos o bacterias:
- Lava muy bien tus manos con agua y jabón antibacterial, permitiendo que este haga buena espuma mientras frotas con relativa fuerza tus manos por un período de 15 a 20 segundos como mínimo (30 o 40 segundos sería lo ideal), para luego proceder a enjuagarlas muy bien.
Es recomendado lavar/frotar hasta la parte de las muñecas. Este lavado debe ser antes de manipular alimentos.
- Lavar muy bien las verduras y las frutas con agua y jabón (NO necesariamente antibacterial) antes de consumirlas (recordando que para aprovechar todo el valor nutricional de las verduras, éstas deben ser consumidas crudas).
El jabón de lavar platos puede servir. Enjuagarlas muy bien luego del lavado.
- Evitar el consumo de comidas callejeras de vendedores ambulantes, porque muchas veces suelen estar contaminadas dado al mal manejo y trato que se le da a estos alimentos.
Además, los mismos usualmente permanecen mucho tiempo expuestos al medio ambiente y quienes las preparan normalmente no tiene agua limpia disponible todo el tiempo para lavarse las manos, además que mantienen manipulando el dinero que cobran a sus clientes a la vez que les sirven sus alimentos.
- Algunos alimentos mal cocidos, principalmente las carnes de origen animal, puede traer parásitos "escondidos". Así que lo mejor es siempre ordenar o preparar los alimentos de este tipo bien cocidos.
- La diarrea no es un síntoma exclusivo de una infección parasitaria, ya que la gastroenteritis y el cáncer de colon también se pueden manifestar con deposiciones constantes, aguadas, con sangre, etc.
- Ante la presencia de síntomas como diarrea persistente y cólicos, lo mejor siempre es consultar al médico y NO automedicarse.
- Nunca se debe consumir licor mientras se esté bajo tratamiento, pues el organismo puede reaccionar con una sensación de muerte inminente, que se manifiesta con cefalea y dolor en el pecho.
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