El objetivo de estas terapias es disminuir el dolor, la inflamación y generar un estado de bienestar general en el paciente, facilitando su recuperación.
Por eso las terapias postquirúrgicas, entre las que figuran los masajes, el ultrasonido, la oxigenación hiperbárica, el láser y los paquetes de frío y calor, son el mejor complemento a una cirugía plástica.
Pero siempre y cuando sean indicadas por el cirujano y realizadas por un fisioterapeuta.
Así lo advierten especialistas quienes advierten que lo ideal es que se inicien al segundo o tercer día después del procedimiento quirúrgico y que se hagan a diario.
Para que estas terapias no surtan el efecto contrario y terminen generando complicaciones y arruinando el resultado de la cirugía, los especialistas revelan aquí las advertencias y recomendaciones que se deben tomar en cuenta.
Oxigenación hiperbárica
Muy utilizada en lipoesculturas, abdominoplastias, ritidoplastias, cirugías de senos y todo procedimiento que implique levantar la piel.
Mejora la vitalidad de la piel, favorece la cicatrización, desinflama los tejidos, ayuda a desaparecer los hematomas y previene la necrosis o muerte del tejido.
Igualmente, provee resistencia a los gérmenes o bacterias que no toleran el oxígeno.
Se aplica acostando al paciente dentro de una cámara o cápsula, a la que se le extrae el aire del medio ambiente, el cual solo tiene un 20% de oxígeno y se reemplaza por oxigeno puro al 100%
Además, la presión atmosférica dentro de la cámara es dos o tres veces mayor, por lo que el oxígeno puede llegar a todas las células, así la circulación esté lenta.
Se requieren entre 2 y 10 sesiones de una hora. Pero la cámara hiperbárica también tiene un efecto curativo, por lo que puede ser usada en caso que la herida quirúrgica se abra o se produzcan úlceras en la piel.
Terapia láser
El láser es ideal para la recuperación de cirugías de senos, lipoesculturas y abdominoplastias, ya que tiene poder antiinflamatorio, En estos casos se utiliza un láser blando de baja potencia.
Pueden ser necesarias entre 10 y 20 sesiones, según el caso. Se recomienda ponerse en buenas manos para esta terapia, a riesgo de sufrir quemaduras.
Masajes linfáticos
Son un buen complemento a la lipoescultura en la que se extrae grasa con una cánula de las zonas del cuerpo en las que sobra y se aplica donde falta.
Con estos masajes se busca desinflamar el área intervenida, a través de movimientos realizados hacia los ganglios linfáticos, con el fin de facilitar la eliminación de fluidos acumulados, como sangre y seromas.
Para obtener los resultados esperados los especialistas aseguran que se requieren en promedio diez sesiones.
De acuerdo con el paciente pueden hacerse uno o dos masajes diarios. Y luego ya pueden realizarse día de por medio.
Por ningún motivo la realización de los masajes debe generar dolor, pues esto puede indicar que se están haciendo con una intensidad inadecuada.
Otra advertencia con respecto a esta terapia es que no está indicada en cirugías de senos, porque la paciente puede complicarse con sangrados, fallas en la cicatrización o rechazo de las prótesis.
De hecho, cuando son rugosas los masajes están contraindicados.
Ultrasonido
Indicado en la cirugía de senos, la liposucción y la abdominoplastia.
Consiste en un equipo que emite ondas de sonido a nivel profundo, logrando drenar los líquidos acumulados y generando un efecto antiinflamatorio.
Además, mejora la cicatrización y elimina la fibrosis o cicatrices internas".
Se recomiendan de 10 a 15 sesiones, realizadas a diario durante 15 a 30 minutos. No produce dolor ni ninguna molestia.
En manos inexpertas es posible que se generen quemaduras. Puede combinarse con los masajes en la misma sesión.
Termoterapia
Puede aplicarse en procedimientos como el estiramiento facial o ritidoplastia, la rinoplastla o cirugía de nariz, la blefaroplastia que corrige los párpados o en cirugías de senos.
Se trata de paquetes o bolsas fríos o calientes que se ponen sobre la piel y ayudan a desinflamar.
Se deben aplicar durante los primeros cinco días después de la cirugía.
Durante la terapia se debe tener la precaución de no poner las bolsas directamente sobre la piel, sino usando toallas, y de cambiarlas de posición cada 15 o 20 minutos, con el fin de prevenir quemaduras, porque como el paciente tiene la zona intervenida anestesiada por el trauma quirúrgico no es capaz de sentir la intensidad del calor o el frío.
OTROS CONSEJOS PRÁCTICOS:
• Sigue al pie de la letra las instrucciones de tu cirujano.
• Permanece atento(a) a señales de alerta como dolor de cabeza, fiebre, sangrado, mareo, desmayo y dificultad para respirar, que pueden indicar alguna complicación.
• Cuídate de usar las fajas demasiado ajustadas, porque te pueden producir quemaduras en la piel, y como esto (gafas muy ajustadas) además afecta la llegada de sangre a los tejidos puede llevar a necrosis o muerte de los mismos.
• Guarda el reposo indicado en cada cirugía. Permanece al menos cuatro días en casa, y no te arriesgues a salir antes de tiempo o a hacer ejercicio.
• Sé riguroso(a) con la realización de las curaciones.
• No te pongas emplastos ni cremas en la herida, que pueden afectar su cicatrización.
Fuente: revista Salud y Vida.
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