¿Dormir justo después de comer me hará engordar?
¿Es bueno o malo para mi salud o estado de ánimo tomar una pequeña siesta justo después de desayunar, cenar o almorzar?
Estas y otras preguntas que tienen que ver con el período de descanso luego de ingerir determinada comida, o en otro momento del día, serán respondidas en este artículo, para que así sepas qué ventajas y desventajas trae el dormir o tomar una siesta justo recién terminamos de comer, o tomar una siesta en cualquier otro momento del día.
Además podrás conocer algunos tips que te permitirán evitar sentirte somnoliento(a) durante el día, sobre todo cuando el tiempo de la siesta es exagerado.
¿Por qué sentimos ganas de dormir justo después de comer y por qué las personas sienten que requieren tomar una siesta luego de terminar una comida grande o importante, siendo la más común la comida ingerida a la hora del almuerzo?
Tomar una siesta si te sientes cansado(a), puede ser muy buen para tu salud y estado de ánimo, pero no exageres con el tiempo que duermes, o de hecho muchas veces mejor no te quedes dormido(a) sino que simplemente cierra los ojos, respira bien e intenta relajarte para descansar sin quedarte profundamente dormido(a)
Con lo anterior ya puedes darte cuenta que muchas veces no es que nuestro cuerpo nos pida que tomemos una siesta justo después de terminar una comida para mejorar nuestro estado de salud y bienestar general, sino que muchas veces lo hacemos como algo preventivo por así decirlo, y es aquí donde entra el término conocido como "siesta profiláctica", en donde sabemos que tomar una siesta en cualquier momento del día (no solamente después de comer) será una buena opción porque sabemos que nos va a faltar tiempo de sueño porque quizá tengamos que trasnochar, por ejemplo.
Los tipos de siestas que existen y sus ventajas y desventajas para nuestra salud y bienestar general
1. Las siestas de reemplazo.
Este tipo de siestas suelen ser generadas por la falta de sueño lo cual es malo para nuestra salud.
Porque no pudimos dormir las horas suficientes que usualmente estamos acostumbrados(as) a dormir, o porque simplemente hubo algo que no nos permitió entrar en largas y satisfactorias fases de sueño profundo para permitirnos descansar mucho mejor. Por esta razón solemos despertar aun muy cansados(as).
Entonces, estas siesta se toman como una respuesta fisiológica mediada por la fatiga o falta de recuperación del sistema nervioso central, principalmente.
Por supuesto habrán otros sistemas que quizá no pudieron recuperarse de forma óptima puesto que el sistema nervioso actúa muy en conjunto con el sistema endocrino, y si la regulación nerviosa y hormonal está alterada por la falta de descanso, pues simplemente el resto de sistemas del organismo como el digestivo, inmunológico, entre otros sistemas y subsistemas, simplemente no funcionarán de forma adecuada.
Por lo anterior se hace casi que estrictamente necesario tener que tomar una siesta durante el día, bien sea después de comer o en otro momento.
2. Las siestas profilácticas
Cuando una persona decide tomar una siesta de este tipo es porque sabe que le va a hacer falta ese tiempo de descanso, y que por ende debe aprovechar el tiempo que pueda en descansar cerrando los ojos y adoptando una posición cómoda, aun si no es capaz de quedarse dormida de manera profunda.
Usualmente este tipo de siestas son muy comunes en personas que trabajan por largas jornadas y más aun cuando este trabajo lo van a realizar en tiempo nocturno (trasnocho).
Bueno, la otra razón tiene que ver con las jornadas académicas en donde el desgaste intelectual y quizá también físico (cuando por ejemplo los escolares o universitarios deben realizar jornadas deportivas) es muy alto.
Y por esta razón aprovechan cualquier instante de tiempo que les quede para poder sentarse u acostarse, cerrar los ojos, respirar de forma profunda y darle así un tiempo de descanso a su sistema nervioso y músculo esquelético, para poder afrontar el resto del día de manera óptima.
3. Las siestas aperitivas
Este tipo de siestas se toman por simple gusto. Tengamos en cuenta que el término "siesta" en sí no hace referencia solamente a dormir sino también a tomar un descanso sin la necesidad de entrar en una fase de sueño profundo.
También se relaciona este término con el almuerzo, es decir que a la siesta se le denomina como "un período corto de tiempo para dormir o descansar, que generalmente es aprovechado después de una comida principalmente el almuerzo".
No obstante, las siestas por gusto o siestas aperitivas pueden ser tomadas por ejemplo después de tener relaciones sexuales, después de haber leído un buen libro, después de haber estudiado para un examen parcial (lo cual estudios demuestran que puede ayudar a recordar mejor las cosas), después de haber tomado un viaje largo o de hecho también durante este tiempo de viaje, etc.
¿Por qué dan tantas ganas de dormir luego de comer?
Supongamos que una persona durmió muy bien durante sus 7, 8 o más horas de sueño nocturno.
Por esta razón uno podría pensar que esta persona no tiene motivos para sentirse somnolienta a lo largo de su día, y de hecho así suele ser.
No obstante, si esta persona ingiere grandes cantidades de alimentos porque su gasto energético es alto, es probable que esa energía requerida para el proceso digestivo, además del gasto energético en sí realizado durante parte del día, además del hecho de requerir mucha sangre para la digestión de alimentos, le haga sentir somnolienta minutos después de comer.
¿Por qué es el almuerzo la comida que hace sentir más sueño a la gente?
Primero entra a jugar el factor de la hora como tal y el factor ambiental.
En los distintos países, sea cual sea la temperatura promedio durante el día, la hora del almuerzo que suele ser al medio día, usualmente es la hora donde la temperatura ambiente suele ser más alta (aunque las temperaturas muy bajas también deshidratan).
Esto fuerza a nuestro organismo a deshidratarse más rápido y por ende la falta de agua genera una mayor fatiga general puesto que el cuerpo debe trabajar con lo poco que tenga de este preciado líquido, para llevar a cabo procesos vitales como la respiración, las palpitaciones sanguíneas, y otros procesos como la termorregulación, el mismo proceso digestivo, etc.
La otra razón es que esta suele ser la comida en donde la gente consume una mayor cantidad y a veces también una mayor variedad de alimentos.
El factor de "consumir una alta cantidad de alimentos en el almuerzo" obliga al organismo a tener que "desviar" una mayor cantidad de sangre a los órganos del sistema digestivo, y por ende el resto de sistemas sobretodo el Sistema nervioso, pueden notarse más fatigados o "somnolientos".
El quedar excesivamente llenos o llenas luego de almorzar es una de las principales causas por las cuales sentimos sueños justo después de esta comida, y es casi imposible mantenernos despiertos o despiertas o al menos no podremos hacerlo llevando a cabo nuestras actividades laborales, académicas o cotidianas de una manera eficiente.
¿El sistema digestivo trabaja el doble luego de tomar una siesta justo después de comer?
No, esto es falso. Este mito surgió quizá por el hecho de que muchas personas podrían notar ganancias de peso cuando dormían luego de comer.
El problema no está en dormir o tomar una siesta después de desayunar, almorzar o cenar, el problema está en que no se están gastando muchas calorías durante estos períodos en comparación a seguir despiertos después de comer.
Por lo anterior las personas piensan que el sistema digestivo debe trabajar el doble o que éste ralentiza sus funciones cuando se opta por tomar una siesta con una gran cantidad de alimentos dentro, y que esto lleva a grandes acumulaciones de grasa corporal que inducen el aumento de peso. Pero en sí, como ya lo mencioné, es el bajo gasto energético lo que hace que esto suceda.
Por esta razón recomiendo tomar siestas cortas y preferiblemente siestas que no lleven a un estado de sueño profundo por largas horas.
A menos que se hagan de forma de siesta de reemplazo o siesta profiláctica y si además no se han consumido grandes cantidades de alimentos.
Esto claro si se quieren evitar acumulaciones exageradas de grasa corporal y si además se quieren evitar problemas con el sistema digestivo (algunas personas manifiestan molestias cuando se acuestan a dormir con el estómago muy lleno).
¿Qué dice la ciencia sobre las siestas?
Algunos estudios han demostrado que las siestas apetitivas tienen beneficios para los grupos que no han sido privados de buenas horas de sueño, o sea sujetos que durante las noches han podido dormir bien.
Estos estudios han empleado una variedad de medidas para demostrar que la siesta conduce a mejoras subjetivas y conductuales.
También se demuestra que las siestas ayudan a mejorar notablemente el estado de ánimo y los niveles subjetivos de somnolencia y fatiga. Tomar una siesta es particularmente beneficioso para el rendimiento en tareas como la suma, resta u otras acciones algebraicas, el razonamiento lógico, el tiempo de reacción y el reconocimiento de símbolos, etc.
Sin embargo, se presenta una paradoja en cuanto a las siestas
A pesar de estos beneficios reportados de las siestas, la siesta frecuente también se ha asociado con numerosos resultados negativos (deterioro cognitivo a largo plazo, hipertensión, diabetes), particularmente en las poblaciones más viejas (adultos mayores).
Esta asociación existe incluso cuando se controlan estadísticamente los determinantes relevantes para la salud y el sueño.
Una hipótesis emergente sugiere que la inflamación es un mediador entre las siestas del mediodía y los malos resultados de salud, sin embargo, se necesitan más investigaciones. Dado esto, puede ser prematuro prescribir siestas como potenciador de la salud o por el contrario no hacerlo como prevención primaria.
Es probable que esto se deba a malos hábitos de vida que estén arraigados a la malnutrición y el sedentarismo como tal.
O que de hecho sea el exceso de sueño lo que además pueda causar estas reacciones negativas en las personas.
Bibliografía
· Mantua J, Spencer RMC. Explorando la paradoja de la siesta: ¿son las peleas de sueño de mediodía un amigo o enemigo? Sleep Med. 2017 Sep;37:88-97.
· Cheungpasitporn W, Thongprayoon C, Srivali N, Vijayvargiya P, Andersen CA, Kittanamongkolchai W, Sathick IJ, Caples SM, Erickson SB. Los efectos de la siesta sobre el riesgo de hipertensión: una revisión sistemática y un metanálisis. J Evid Based Med. 2016 Nov;9(4):205-212
· Milner CE et al. Beneficios de la siesta en adultos sanos: el impacto de la duración de la siesta, la hora del día, la edad y la experiencia con la siesta. J Sleep Res. (2009)
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